¿Correr bajo la lluvia vale por dos?

Por Chema Martínez Pastor

“Creemos que ENTRENAR EN LOS DÍAS DE LLUVIA cuenta por DOS. Creemos en los que corren más de 7 VECES a la semana y en los que corren 1 VEZ cada 7 días. En correr en la CARRETERA, en la MONTAÑA, o dando vueltas a la PISTA. Creemos en el plato de PASTA de la noche antes y en el merecido POSTRE del día después.

Que 1 HORA de rodaje no son 59 minutos.

Esta leyenda que te he copiado arriba rezaba en una de las paredes del que yo creo que ha sido el club de corredores más importante de Madrid: RUNNING COMPANY. No porque fuera el mejor ni el primero ni porque fue en el que empecé yo. Sino porque fue de los pioneros en explotar el running social como nadie. La gente que pasó por allí tuvo claro que sin sus compañeros no era nadie, y promovió una cultura de club que salpica a casi todos los grupos que corremos por Madrid.

RUNNING COMPANY ya no existe (aunque su espíritu sigue residiendo en algún rincón del hotel RafaelHoteles de Atocha si lo sabes buscar), pero sus entrenadorxs y corredorxs seguimos disfrutando en muchos grupos actuales por la capital.

Pero no venía a hablarte del pasado.

Lo que pasa es que ayer, mientras corría solo por un retiro casi vacío, con la lluvia cayéndome en la cabeza y los charcos mojando mis pies, me vino a la cabeza la frase de arriba:

“Creemos que ENTRENAR EN LOS DÍAS DE LLUVIA cuenta por DOS”.

Corría solo, el aguacero era abundante. Pero ambas cosas cambiaron. Una enseguida: me encontré con el resto del grupo de Pablo Villalobos. Bueno, con los que nos habíamos atrevido a hacerlo a pesar de la lluvia.

Entre los que estábamos allí corrían los chascarrillos y pronósticos sobre la lluvia. Que si iba a parar pronto, que si estábamos locos… El caso es que el grupo hizo su magia porque terminamos haciendo un entrenamiento bastante exigente.

La lluvia también paró, allá por el cuarto intervalo de “dos minutos al 85-90%” paró la lluvia y pudimos hacer el resto sin mojarnos. Nótese la ironía: YA estábamos mojados y así seguimos.

Al acabar, de nuevo la frase vino a mi cabeza:

“Creemos que ENTRENAR EN LOS DÍAS DE LLUVIA cuenta por DOS”.

Mientras recuperaba del entrenamiento caminando por el óvalo del Retiro, miraba el suelo mojado, notaba mi espalda salpicada de los charcos del suelo y el calor que me estaba dando el cortavientos. Y me sentí muy bien. Lo había conseguido. Costó, no voy a engañar, pero superé las dificultades y lo hice. Bravo por mí y por mis compañeros.

Pero ¿sabéis qué? No es verdad. Si yo corrí bajo la lluvia fue porque me apetecía, no me importaba hacerlo (y tenía el coche cerca con ropa seca para cambiarme rápidamente) y porque quizá tengo un punto inconsciente que hace que pueda más el ansia de correr que el refugio del calor del hogar.

Pero el entrenamiento que hicimos ayer vale, exactamente, POR UNO. No nos convierte en alguien especial hacer lo que hicimos. Como no lo hace calzar una determinada zapatilla, hacer determinadas distancias o terminar nuestras carreras en un determinado crono.

Por supuesto: la motivación es importante, y sentirse bien por lo que uno hace también. Pero ayer, quien decidió quedarse en casa pese a la lluvia también hizo lo que tenía que hacer y lo que le apetecía.

Estos días en el grupo de Telegram estamos hablando mucho de correr (o adaptarnos) en estos días de lluvia. Y lo maravilloso es que hay de todo: hay quien sale a mojarse, hay quien se toma unos días de descanso, incluso hay quien se pone el canal de YouTube de A tu Ritmo para hacer cinta:

Imagen de un usuario del grupo de Telegram A tu Ritmo Chat

En cualquier caso, mi recomendación personal es que lo relativices. La lluvia, me refiero. Que si llueve y tienes que salir, no lo pienses mucho. Eso sí, ese día no te exijas a tope: correr mientras llueve hace que gastes más energía, dado que el cuerpo necesita quemar un poco más para mantener la temperatura corporal. Precisamente eso es lo que debería preocuparte: no coger frío cuando pares de correr. Procura llevar una capa pegada al cuerpo que te abrigue y ayude a disipar la humedad, protege la cabeza si puedes y… al lío.

Y que si te quedas en casa, o sales al bar, planazo también.

Un último apunte: mojarte no te hace aumentar las posibilidades de enfermar. El frío, sí.