¡Hola amiguitos!
Hoy me pongo el disfraz del “payacho” de la Hora Chanante para que hablemos de las cosas que dan subidón y de las que dan bajón.
(el vídeo forma parte del famoso sketch en el que el Payacho funda una nueva religión porque se le apareció Brézhnev en el culo de un mono titi, pero esa es otra historia)
El caso:
Esta semana he tenido una conversación y una experiencia personal sobre el bajón y el subidón en el running. Empecemos por la primera, que parte de un compañero que está entrenando para un objetivo ambicioso y el lunes pasado quería probarse en un test de ritmo de carrera.
No le salió como quería.
Y le dio bajón, claro. Bajón de pensar que igual el objetivo era demasiado ambicioso o que no estaba entrenando lo suficiente. Qué complicado es esos días irse con una impresión positiva a casa, o al menos neutra. Nos fastidia que no se cumpla lo que queremos cuando corremos.
Luego está el tener la cabeza fría, dejar pasar el tiempo y ver, con perspectiva, si es una cosa aislada o habitual y que, por tanto, requiere que hagamos cambios.
El miércoles hicimos una sesión juntos y la acabó por encima de los resultados esperados. Subidón, por tanto. Dos días después del bajón, se fue contento a casa y pensando que el objetivo es posible (no será fácil, adelanto, pero está ahí).
Luego está el tener la cabeza fría, dejar pasar el tiempo y ver, con perspectiva, si es una cosa aislada o habitual y que, por tanto, requiere que sigamos haciendo lo mismo.
Conclusión de esta historia: puestos a elegir, vamos a intentar pensar que los días de subidón son los reales y los de bajón son excepciones. Minimizar lo negativo y apoyarnos en lo positivo, aunque no sea del todo real, nos ayudará a ser más resilientes a largo plazo. El bajón es parte del proceso.
Pero, por otro lado.
Ayer jueves me pasó a mí lo del subidón. Y tengo que reconocer que hacía tiempo que no me pasaba. Quienes entrenáis conmigo ya lo sabéis, pero al resto os cuento que en una semana normal es bastante posible que haga el mismo entrenamiento 3 veces en 2 días cada semana: miércoles con los grupos de Madrid Río y del Ensanche de Vallecas que dirijo siguiendo el plan del mister Pablo Villalobos; y luego el jueves lo repito, esta vez como alumno y no como profe, por lo que me puedo centrar más en mis ritmos.
Sin entrar en muchos detalles, se trataba de una sesión en la que empezábamos haciendo intervalos a ritmo de 10K y debíamos terminar, en el último intervalo, unos 20” por debajo de ese ritmo. De esos días que decides salir fuerte de entrada y ver hasta donde te llega el fuelle. Pues salió un entreno que no me esperaba, acabando en el último intervalo 40” más rápido de mi mejor ritmo medio en un 10K.
Subidón.
Experimentar el subidón después de una carrera exitosa es genial. Pero hacerlo después de un entrenamiento tiene un punto especial. No sé si os pasa, pero a mí me da como una risa por lo bajinis y reconozco que entro varias veces al Garmin a ver los tiempos.
¿Os pasa también? Hoy comento un día que he corrido rápido, pero lo podemos cambiar por otros objetivos: completar una distancia determinada, haber hecho un recorrido espectacular, correr por una ciudad nueva… y el resultado es similar.
¡Por muchos más subidones en nuestras carreras!
Y Luis, ¿tiene subidones?
En su columna sonora / mensaje de WhatsApp nos cuenta cuáles son sus subidones:
¡Dale al play, que tiene musicón! (y una primicia que tiene que ver con Luis como speaker de carreras)
Por último, comentar que aún estáis a tiempo, quienes estéis en Madrid el próximo sábado, 27 de mayo, de acudir al Memorial de Atletismo Miguel de la Quadra-Salcedo.
Podrás ver pruebas míticas del atletismo y a glorias de este deporte en la pista de ceniza de Ciudad Universitaria. Y correr como se hacía hace años, pero disfrutando como disfrutamos siempre.
¡Nos vemos allí si vais!