En este newsletter van dos confesiones. Y un “plot twist".
La primera: no soy un experto en nutrición. Vaya confesión, ya lo sabíamos. Quiero decir, ni soy titulado en ello ni he acudido a ninguna formación. Mi nivel en el tema es: cuñado.
Esta confesión tiene sentido porque quiero dejar claro que no debes aceptar de mí ningún consejo sobre alimentación. Cualquier cosa que pueda comentar está sujeta a corrección y su origen es 1) experiencia propia o 2) lecturas que se me cruzan. Bueno, igual estoy en la categoría “cuñado curioso”.
Porque eso sí, y ahí va la segunda confesión: me encanta comer. De hecho, es posible que una de las razones más fuertes para seguir corriendo sean los desayunos que me pego a cuenta de los kilómetros corridos.

Uno de los temas que más debate genera entre los corredores es el de la ingesta de calorías mañaneras cuando salimos a correr pronto. Ahí hay varias versiones u opciones:
Café-correr-desayunar. Una de mis favoritas. Un pequeño tentempié con café rápido para después correr y más tarde aprovechar para “resayunar” convenientemente en una cafetería o similar.
Desayunar-correr-nada. Supondría desayunar convenientemente antes de correr, para asegurar que las calorías ingestadas nos acompañen durante la tirada posterior. En este caso, la indicación es desayunar unas dos horas antes de empezar, para dar tiempo a la digestión. La opción perfecta para maratones o medios maratones.
Nada-correr-desayunar. Aprovechar para levantarnos con el tiempo justo de calzarnos las zapas y dejar el desayuno para después. Optimiza el tiempo pero nos deja sin un aporte adicional de energía. Lo he probado y, en mi caso, tampoco echo de menos las calorías, dado que normalmente con lo ingerido el día anterior te suele valer.
Desayunar-correr-desayunar. Vale, lo confieso: ESTA es mi opción favorita.
Sobre correr en ayunas se ha escrito mucho y no seré yo quien haga un tratado ahora. Se dice que ayuda a la oxidación de grasas, pues el cuerpo se ve obligado a consumir dicha energía al no disponer de glucógeno listo para quemar. Esta teoría será aplicable en entrenamientos a menor intensidad, ya que para tocar ritmos rápidos el cuerpo necesitaría tener disponible otro tipo de energía.
En realidad, casi todas las opciones funcionan sobre el papel, el truco estaría en escoger la que más encaja con nuestra personalidad, sistema digestivo y estilo de vida.
Todo ello para decir que no tengo nada en contra ni a favor en desayunar antes de correr o no. Sólo que a mí, el desayuno, como ritual, me encanta.
Por ello, en mi caso, salvo algún cambio en mi metabolismo que afecte a mi salud o rendimiento, no tengo intención de cambiar y, siempre que pueda, no me importa desayunar antes, aunque eso suponga levantarme muchos minutos antes de darle “go” al Garmin.
Por otro lado, no he probado el ayuno intermitente, pero tengo que reconocer que los beneficios que se le suponen me intrigan. Todo esto de la autofagia y la regeneración celular es cierto que, sobre el papel, mola. ¿Quién no quiere que las células de su cuerpo estén siempre jóvenes y listas para la acción? El metabolismo celular es un misterio en muchos aspectos, pero se conoce lo suficiente para que podamos aplicar estos principios con una base científica sólida.
Es decir, que para mí, ha pasado la fase de “moda” para convertirse en una “opción”. Ya no miro como bichos raros a quienes lo practican. Como decía Hansel sobre Sting, “la música que ha compuesto en su carrera yo nunca la he escuchado, pero el haberla compuesto me inspira respeto”.
También conozco corredores que hacen ayuno intermitente, y además entrenan como Ivan Drago. Respect.
Y aquí el “plot twist”. Ojo que sale Conan:
Otra newsletter que deberías leer (diaria y en inglés, eso sí) es la de Arnold Swarzenegger, Pump Club.
En ella, esta semana hemos conocido las conclusiones de un par de estudios, que relacionan correr y el ayuno intermitente. Estos estudios encontraron que el entrenamiento de resistencia es “una forma más efectiva y sostenible de estimular el proceso de la autofagia”. Además, recalcan que correr y reducir la ingesta de calorías es la mejor manera de incentivar la reconstrucción celular.
O sea, que si hay que elegir entre correr o ayunar, corriendo tenemos más resultados en cuanto a regeneración celular. No es descabellado: de hecho entrenar significa provocar pequeñas roturas y estreses en el sistema para que, al regenerarse, se vuelva más fuerte y resistente.
Según Arnold, su recomendación es más ejercicio y menos calorías. Sin importar el tiempo que estés sin ingerir. Lo que no cuenta es cómo encajar en el plan los desayunos kilométricos que me suelo meter yo los fines de semana… 🤔 Seguiremos informando.
¡No te desconectes! Este lunes volvemos con un nuevo episodio de A tu Ritmo, con un corredor popular sevillano que dentro de unas semanas vendrá a Madrid a correr una carrera mítica. Más datos, en nuestros canales de podcast.
Recordad que tenemos en iVoox los episodios especiales de Escuela de Entrenamiento. Esta semana, hemos subido un episodio extra para fans, sobre pensamiento positivo y cómo aumentar nuestro rendimiento sólo pensando en ello.