(dice Drexler) … que viva siento mi lengua cuando tu lengua está sobre la lengua mía”.
Offtopics musicales aparte, me gustaría dedicar este newsletter a la CIENCIA. Por dos razones. Primero, porque te quiero animar a que te apuntes a una carrera en Madrid (ya te imaginas por dónde voy). Pero por otro lado, porque llevo tiempo pensando en que hablamos mucho de ciencia, pero muchas veces sin comprender qué es la ciencia realmente.
¿Por qué digo esto?
(aviso: si eres negacionista o terraplanista, mejor esperar a la de la semana que viene, no sigas leyendo)
Antes, un simpático átomo corredor:
¿Por qué no deberíamos fiarnos de la ciencia, pero al mismo tiempo es lo único a lo que podemos aferrarnos?
La vida es caos. Es desconcierto. Es incertidumbre. Cada día nos enfrentamos a situaciones que afectan a lo que hacemos o a lo que pensamos. Nuestra vida se fundamenta en una serie de creencias personales que vamos conformando al mismo tiempo que crecemos y aprendemos.
No hay otra forma para entender el mundo que tenemos afuera (y el que tenemos adentro) que aprendiendo de otros. Hay pocas cosas que podamos descubrir por nosotros mismos.
Por eso, igual que conducimos coches que fabrican los demás, nos ponemos en manos de gente experta en diferentes campos para que nos ayuden a entender cosas.
Correr está dentro de todo esto que acabo de contar. ¿Es bueno correr en ayunas o no? ¿Qué pasa si en lugar de hacer las series al 80% las hago al 82%? ¿Qué posibilidades tengo de “petar” en una carrera si salgo 5'“ más rápido en los primeros kilómetros? ¿Aplico el método noruego a mis entrenamientos?
Como no podemos dar respuesta a todas esas preguntas solos, intentamos responderlas con la ayuda de “la ciencia”. Pero déjame que te diga una cosa: “la ciencia” no existe. Existen los científicos.
Y los científicos son personas. De esas que se sientan a tu lado en el bus, que bajan a pasear a sus bulldogs franceses y de los que a veces se dejan sin lavar la parte de detrás de las orejas.
Y, sobre todo, son personas que no siempre se ponen de acuerdo.
Dentro de todo lo que se investiga con el método científico, hay cosas que generan más consenso entre los expertos y otras que menos. Por ejemplo: ningún científico decente piensa que la tierra no sea redonda. Eso es un consenso del que nos podemos fiar. ¿Un ejemplo de las cosas en las que no se ponen de acuerdo? En que Plutón sea o no un planeta.
Cuando hablamos de que la ciencia avala los beneficios de entrenar en Zona 2, o de la aplicación de la fuerza como método para protegernos del envejecimiento, es porque hay más o menos estudios que, aplicando diferentes métodos de investigación, llegan a conclusiones en esos sentidos.
Espera: ¿eso quiere decir que no podemos fiarnos de lo que dice la ciencia, porque está en continúa búsqueda de la verdad, sin encontrarla nunca? Pues como decía en la frase en negrita más arriba, es que es lo único que tenemos. No hay otro modo. Como la vida es incertidumbre, los humanos afianzamos nuestro sistema de creencias escuchando a los demás para después amoldar lo que creemos a lo que dice alguien en quien confiamos. Por ejemplo: si formas parte de una sociedad terraplanista porque es la única forma en la que has podido hacer amigos fuera del sótano de tus padres en el que vives, por nada del mundo vas a escuchar a los (miles de) científicos que dicen lo contrario a lo que quieres creer. Vas a escuchar a los poquitos que dan la razón a tu sistema de creencias.
Pues corriendo, a veces, pasa igual. Hay estudios que dicen que el mejor modo de entrenar es mucho volumen y poca intensidad. Otros, que reducir volumen por intensidad también es bueno.
¿Y a quién hago caso, Chema?
Mi consejo (vamos, lo que yo hago) es que apliques a tu entrenamiento aquellas cosas que, dentro de una lógica, se amolden a tu estilo de vida y te hagan sentir bien. Si se pone de moda el entrenamiento a umbral, pero te toca las narices dedicar tanto tiempo en intensidades más altas, pues pásate al polarizado, o al Z2.
Si hay a quien le funciona correr por las mañanas, pero a ti no te da tiempo, hazlo por las tardes. Lee, infórmate, sé curiosa. Pero haz aquello que más te llene. No tenemos tanto tiempo en este planeta como para desperdiciarlo en opciones que no van con nosotros.
Todo esto para decirte que la Carrera de la Ciencia se celebra en Madrid el día 20 de octubre. Tiene un recorrido muy “madrileño” (empieza bajando a cholón para luego ponerte una subida tendida de unos 4kms por delante del Bernabeu o Nuevos Ministerios, entre otros; para acabar en las instalaciones del CSIC en calle Serrano).
Yo voy, y me encantaría saber que gracias a este email hemos conseguido que alguien más se apunte. Las carreras pequeñas como esta tienen su encanto si consiguen llegar cada año a alguien nuevo.
Apúntate aquí. ¡Espero verte!
Tengo pendiente la carrera de la Ciencia. Este año me voy a subir cuestas a la Nocturna de Toledo el día 19 y correr otra vez el día 20 no me convence :D A ver el año que viene...